Hay quien lo inicia con la realización de diferentes tipos de danzas y bailes sencillos para desarrollar la capacidad de asociar el movimiento con el ritmo (véase una autocrítica en este post "Crear una danza"). Otras directamente se “quitan el muerto” con la creación, por parte del alumnado, de coreografías en las que se reproducen estructuras rítmicas ensayadas, a veces ya conocidas, asignando melodías y canciones “top” de las principales cadenas de radio.
No estamos totalmente de acuerdo con en este enfoque que se le da a la expresión corporal. No habría que confundir todo el alfabeto expresivo y comunicativo (Learreta, Sierra y Ruano, 2005) con las estructuras regulares del ritmo en el movimiento, ya que éstas inciden más en el desarrollo de habilidades motrices realizadas de forma precisa y sistemática que en las situaciones de ensoñación, fantasía y sensibilidad creativa más propias de nuestra concepción de la expresión corporal (Villada y Vizuete, 2002).
Recomendamos el siguiente libro por ser un referente en nuestra iniciación a la expresión corporal: MONTÁVEZ MARTÍN, MARÍA DEL MAR y ZEA MONTERO, MARÍA JESÚS (1998). "Expresión corporal, propuestas para la acción". Málaga: M. M. y M. J. Z.
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